Se levanta imponente en la Campiña Moche, cerca de la Huaca de La Luna
El museo de los tesoros
Famoso arqueólogo Steve Bourgert resaltó la belleza del lugar
William Prado Morales
williamprado@laindustria.com
El Museo de Sitio de la Huacas del Valle de Moche de
la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) es un nuevo motivo para sentirnos orgullosos de ser liberteños. Ubicado a pocos metros de la Huaca de La Luna, esta construcción es una de las más modernas del país y que no puedes 
dejar de visitar.Una de las características más saltantes del flamante museo es su componente tecnológico audiovisual moderno, puesto al servicio de la didáctica, que responde a la demanda de un público cada vez más 
acostumbrado a interpretar imágenes en movimiento, poco texto, sonido, cambios de registro rápidos, según nos comenta el codirector del Proyecto Huaca de La Luna, Ricardo Morales Gamarra, quien en 1990 descubrió un friso en los arenales y le cambio la historia a la Campiña de Moche.
Además, la tecnología de animación es ideal para recrear procesos del pasado que han sido recuperados por la arqueología y que sería muy difícil de mostrar con ele
mentos estáticos como fotos y texto, explica Morales Gamarra.
Es preciso resaltar que los objetos que se exhiben en las vitrinas del Museo provienen, en su totalidad, de la colección que los arqueólogos del Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna han extraído, investigado y conservado desde 1991. Son en total 252 piezas, todas originales y muchas de ellas, únicas a nivel nacional, que ponen de manifiesto el desarrollo de la Cultura Moche que se desarrollo en esta región.
El rector de la UNT, Orlando Velásquez Benites explica que para la ubicación de las edificaciones e instalaciones que conforman el complejo del Museo de Sitio y Centro de Investigación de las Huacas del Sol y la Luna, se escogió la zona que se encuentra en el límite sur del área del sitio arqueológico y que colinda al oeste con la campiña de Moche.
La mencionada elección obedece a la necesidad de generar el mínimo impacto con relación a la posible presencia de evidencias arqueológicas y, desde el punto de vista visual, con relación al paisaje que constituye el entorno del complejo
monumental. Por otra parte, esta ubicación favorece la relación con los pobladores de la campiña y para ello, se ha diseñado el área de desarrollo comunal.
Espectacular museo
El museo se asienta sobre un área de 1,245 m2., que conforman tres salas, una cafetería, servicios higiénicos, tienda y corredor, además de un antiteatro (680m2), centro de investigación (649 m2.) que tendrá laboratorios totalmente equipados, biblioteca especializada, auditorio, depósitos climatizados, talleres y oficinas. Este lugar se convertirá en la base de una escuela de campo en ambas especialidades y de asistencia técnica para otros proyectos del país y del extranjero.
Además hay un área de parqueo de Áreas de 6,000 m2., para automóviles y ómnibus, así como zonas libres para bosques, cortaviento y poza de tratamiento de aguas para riego de árboles nativos.
Morales Gamarra explica que el referido lugar es un ejemplo de la política ambientalista que ha diseñado el Proyecto Arqueológico desde sus inicios. Tiene un innovador sistema
de ventilación natural de las tres salas de exhibición, que reemplaza a los costosos equipos de aire acondicionado.
Sin duda uno de los más modernos del país y de América Latina que recientemente fue admirado por Steve Bourgert, arqueólogo que confirmó que en la Huaca de La Luna se realizaban los sacrificios humanos. Dicho personaje quedó gratamente impresionado por el gran museo. “Realmente es bello y donde se exhiben los objetos dejados por los Moches”, dijo.
Circuito de recorrido
El circuito no es lineal,
sino anular, es decir el público circula alrededor de los componentes instalados, pero con cierta libertad. Estos componentes son el módulo central, y algunas vitrinas exentas a lo largo del circuito; sin embargo, si bien hay cierta libertad en el camino, hay una secuencia base que ordena al visitante en su visita. Estudios de percepciones sobre dicho recorrido indican que -a diferencia de un circuito muy estructurado, de “paso obligado” por un solo lugar- el público percibe que la presentación museográfica está sustentada en una sólida investigación y conocimiento de los temas allí presentados. La intención de los creadores no es mostrarse como los poseedores de la verdad e imponer su mirada y única interpretación de los hechos del pasado.
“El público percibe que existe una propuesta sólida, coherente, que además se le sugiere conocer, pero que como visitante tiene un rol activo, puede decidir en el recorrido, dialogar más con la exposición, y ello crea una sensación agradable porque el visitante se siente considerado, tomado en cuenta no sólo como un espectador pasivo, sino como participante de una experiencia“, manifiesta Ricardo Morales.
En el Museo se han definido los siguientes temas generales: Los Moche, el Complejo de Moche, los Señores Sacerdotes, el culto a Ai Apache, el poder del Templo, las Ceremonias, los Sacrificios, la vida en la ciudad y la pieza del mes, que son tres ceramios excepcionales por su estilo (déjalo en suspenso) nunca antes registrado en Huaca de la Luna.
La visita al Museo no reemplaza la necesaria subida a la Huaca de la Luna, sino que prepara, orienta, y crea una atmósfera de expectativa mayor por ir el mencionado complejo arqueológico. No develar sus misterios, sino que los explica a lo largo de una narrativa con un cierto tono de cuento, retrocediendo al pasado, preparando al visitante al generar una cierta empatía histórica con lo que ha venido a conocer.
Financiamiento
La moderna infraestructura, se financió con 10 millones de nuevos soles que entregó la Presidencia de la República para el proyecto, gracias a las gestiones del Presidente del Congreso, Luis Alva Castro, y que fue inaugurado el jueves 24 de junio del presente año por el mismo presidente de la República, Alan García Pérez
Cabe recordar que el Patronato Huacas del Valle de Moche, gestionó y financió el expediente técnico con aporte de Backus y Minera Barrick, mientras que la Universidad Nacional de Trujillo, desarrolló las acciones preliminares para licitar la obra y posteriormente ejecutó la obra ante la defección del consorcio que ganó la el concurso público.
También apoyó Hidrandina con el tendido de la red trifásica con caseta y transformador, así como Chavimochic con la donación de 660 árboles nativos: 60 de ellos frutales, lo cual permitirá una mejor protección de los vientos y la recuperación del paisaje el entorno.
Valor de Proyecto Huaca de la Luna
Cabe resalta que el Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna, eje técnico propulsor, transformó un recurso cultural arqueológico en total abandono (1990), en un inédito centro de investigación científica y de proyección académica universitaria, así como en un producto turístico.
Dicho proyecto además ha promovido el desarrollo de pequeñas y medianas empresas de servicios turísticos en la población nativa del entorno, consolidando su identidad cultural. Este cambio se debe al innovador concepto de gestión y manejo empresarial de un sitio arqueológico en abandono, en donde la sinergia de dos instituciones, una estatal y la otra privada (Universidad Nacional de Trujillo y Patronato Huacas del Valle de Moche) ha hecho posible esta realidad que es un modelo de manejo para otros sitios monumentales.
Se trata de un lugar que ningún peruano debe dejar de conocer, y más aún si es liberteño. En dicho museo está la riqueza que nos dejaron los Moches, “y que todos los escolares deberíamos conocer”, dijo Daniel Paiba Morales, alumno de Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, quien recientemente estuvo en dicho lugar con 100 estudiantes de diversos planteles que pertenecen al grupo de los Corresponsales Escolares del Diario La Industria.
Recordemos que el científico y filófoso, Pierre Teilhard de Chardin decía: “El pasado me ha revelado la estructura del futuro”, sabías palabras que los trujillanos y liberteños debemos interpretar y comprender que en la Campaña de Moche, el Museo de Sitio nos guarda muchos secretos dejados por nuestros antepasados que debemos descubrir.
TENGA EN CUENTA
Proyectos:
Arquitectura: José Canziani Amico y Michael Hackham
Ingeniería Estructural: Carlos Casabone
Museografía: Ulla Holquimst y Juan Carlos Burga
Ejecución de Obras:
Ingeniería y Arquitectura: Luis Lombardi y Miguel García (Universidad Nacional de Trujillo)
Museografía: Rodolfo Vera.
acostumbrado a interpretar imágenes en movimiento, poco texto, sonido, cambios de registro rápidos, según nos comenta el codirector del Proyecto Huaca de La Luna, Ricardo Morales Gamarra, quien en 1990 descubrió un friso en los arenales y le cambio la historia a la Campiña de Moche.Además, la tecnología de animación es ideal para recrear procesos del pasado que han sido recuperados por la arqueología y que sería muy difícil de mostrar con ele
mentos estáticos como fotos y texto, explica Morales Gamarra.Es preciso resaltar que los objetos que se exhiben en las vitrinas del Museo provienen, en su totalidad, de la colección que los arqueólogos del Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna han extraído, investigado y conservado desde 1991. Son en total 252 piezas, todas originales y muchas de ellas, únicas a nivel nacional, que ponen de manifiesto el desarrollo de la Cultura Moche que se desarrollo en esta región.
El rector de la UNT, Orlando Velásquez Benites explica que para la ubicación de las edificaciones e instalaciones que conforman el complejo del Museo de Sitio y Centro de Investigación de las Huacas del Sol y la Luna, se escogió la zona que se encuentra en el límite sur del área del sitio arqueológico y que colinda al oeste con la campiña de Moche.
La mencionada elección obedece a la necesidad de generar el mínimo impacto con relación a la posible presencia de evidencias arqueológicas y, desde el punto de vista visual, con relación al paisaje que constituye el entorno del complejo
monumental. Por otra parte, esta ubicación favorece la relación con los pobladores de la campiña y para ello, se ha diseñado el área de desarrollo comunal.Espectacular museo
El museo se asienta sobre un área de 1,245 m2., que conforman tres salas, una cafetería, servicios higiénicos, tienda y corredor, además de un antiteatro (680m2), centro de investigación (649 m2.) que tendrá laboratorios totalmente equipados, biblioteca especializada, auditorio, depósitos climatizados, talleres y oficinas. Este lugar se convertirá en la base de una escuela de campo en ambas especialidades y de asistencia técnica para otros proyectos del país y del extranjero.
Además hay un área de parqueo de Áreas de 6,000 m2., para automóviles y ómnibus, así como zonas libres para bosques, cortaviento y poza de tratamiento de aguas para riego de árboles nativos.
Morales Gamarra explica que el referido lugar es un ejemplo de la política ambientalista que ha diseñado el Proyecto Arqueológico desde sus inicios. Tiene un innovador sistema
de ventilación natural de las tres salas de exhibición, que reemplaza a los costosos equipos de aire acondicionado.Sin duda uno de los más modernos del país y de América Latina que recientemente fue admirado por Steve Bourgert, arqueólogo que confirmó que en la Huaca de La Luna se realizaban los sacrificios humanos. Dicho personaje quedó gratamente impresionado por el gran museo. “Realmente es bello y donde se exhiben los objetos dejados por los Moches”, dijo.
Circuito de recorrido
El circuito no es lineal,
sino anular, es decir el público circula alrededor de los componentes instalados, pero con cierta libertad. Estos componentes son el módulo central, y algunas vitrinas exentas a lo largo del circuito; sin embargo, si bien hay cierta libertad en el camino, hay una secuencia base que ordena al visitante en su visita. Estudios de percepciones sobre dicho recorrido indican que -a diferencia de un circuito muy estructurado, de “paso obligado” por un solo lugar- el público percibe que la presentación museográfica está sustentada en una sólida investigación y conocimiento de los temas allí presentados. La intención de los creadores no es mostrarse como los poseedores de la verdad e imponer su mirada y única interpretación de los hechos del pasado.“El público percibe que existe una propuesta sólida, coherente, que además se le sugiere conocer, pero que como visitante tiene un rol activo, puede decidir en el recorrido, dialogar más con la exposición, y ello crea una sensación agradable porque el visitante se siente considerado, tomado en cuenta no sólo como un espectador pasivo, sino como participante de una experiencia“, manifiesta Ricardo Morales.
En el Museo se han definido los siguientes temas generales: Los Moche, el Complejo de Moche, los Señores Sacerdotes, el culto a Ai Apache, el poder del Templo, las Ceremonias, los Sacrificios, la vida en la ciudad y la pieza del mes, que son tres ceramios excepcionales por su estilo (déjalo en suspenso) nunca antes registrado en Huaca de la Luna.
La visita al Museo no reemplaza la necesaria subida a la Huaca de la Luna, sino que prepara, orienta, y crea una atmósfera de expectativa mayor por ir el mencionado complejo arqueológico. No develar sus misterios, sino que los explica a lo largo de una narrativa con un cierto tono de cuento, retrocediendo al pasado, preparando al visitante al generar una cierta empatía histórica con lo que ha venido a conocer.
Financiamiento
La moderna infraestructura, se financió con 10 millones de nuevos soles que entregó la Presidencia de la República para el proyecto, gracias a las gestiones del Presidente del Congreso, Luis Alva Castro, y que fue inaugurado el jueves 24 de junio del presente año por el mismo presidente de la República, Alan García Pérez
Cabe recordar que el Patronato Huacas del Valle de Moche, gestionó y financió el expediente técnico con aporte de Backus y Minera Barrick, mientras que la Universidad Nacional de Trujillo, desarrolló las acciones preliminares para licitar la obra y posteriormente ejecutó la obra ante la defección del consorcio que ganó la el concurso público.
También apoyó Hidrandina con el tendido de la red trifásica con caseta y transformador, así como Chavimochic con la donación de 660 árboles nativos: 60 de ellos frutales, lo cual permitirá una mejor protección de los vientos y la recuperación del paisaje el entorno.
Valor de Proyecto Huaca de la Luna
Cabe resalta que el Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna, eje técnico propulsor, transformó un recurso cultural arqueológico en total abandono (1990), en un inédito centro de investigación científica y de proyección académica universitaria, así como en un producto turístico.
Dicho proyecto además ha promovido el desarrollo de pequeñas y medianas empresas de servicios turísticos en la población nativa del entorno, consolidando su identidad cultural. Este cambio se debe al innovador concepto de gestión y manejo empresarial de un sitio arqueológico en abandono, en donde la sinergia de dos instituciones, una estatal y la otra privada (Universidad Nacional de Trujillo y Patronato Huacas del Valle de Moche) ha hecho posible esta realidad que es un modelo de manejo para otros sitios monumentales.
Se trata de un lugar que ningún peruano debe dejar de conocer, y más aún si es liberteño. En dicho museo está la riqueza que nos dejaron los Moches, “y que todos los escolares deberíamos conocer”, dijo Daniel Paiba Morales, alumno de Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, quien recientemente estuvo en dicho lugar con 100 estudiantes de diversos planteles que pertenecen al grupo de los Corresponsales Escolares del Diario La Industria.
Recordemos que el científico y filófoso, Pierre Teilhard de Chardin decía: “El pasado me ha revelado la estructura del futuro”, sabías palabras que los trujillanos y liberteños debemos interpretar y comprender que en la Campaña de Moche, el Museo de Sitio nos guarda muchos secretos dejados por nuestros antepasados que debemos descubrir.
TENGA EN CUENTA
Proyectos:
Arquitectura: José Canziani Amico y Michael Hackham
Ingeniería Estructural: Carlos Casabone
Museografía: Ulla Holquimst y Juan Carlos Burga
Ejecución de Obras:
Ingeniería y Arquitectura: Luis Lombardi y Miguel García (Universidad Nacional de Trujillo)
Museografía: Rodolfo Vera.
